• lunes, diciembre 9, 2024

IFT debe privilegiar la entrada de nuevos competidores a la radio: Amedi y Artículo 19

Amedi
julio27/ 2016

Aristegui Noticias. Redacción

La Asociación Mexicana de Derecho a la Información (Amedi) y Artículo 19 señalaron este martes en un comunicado conjunto que la licitación de 257 frecuencias de radio comerciales que realizará el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) deberá privilegiar la pluralidad y la diversidad de puntos de vista.

De acuerdo con las organizaciones, actualmente el 74.95 de las frecuencias del país operan bajo un esquema comercial que fomenta la homogeneidad informativa y de contenidos. El documento firmado por los titulares de las asociaciones civiles también explica que el modelo de licitación actual no fomenta la producción independiente ni la entrada de nuevos radiodifusores al mercado.

El comunicado íntegro

El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) licitará 257 frecuencias de radio comerciales (191 de FM y 66 de AM) en 27 entidades del país por un periodo de 20 años cada una. El proceso se enmarca dentro del mandato constitucional de garantizar el derecho de acceso a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), la libertad de expresión y la competencia. El regulador debe cuidar que la licitación de frecuencias de radio amplíe la pluralidad y la diversidad de puntos de vista, abriendo el cuadrante a nuevos radiodifusores con contenidos diferentes.

Del total de infraestructura de radio del Cuadro de Distribución de Frecuencias (1,745 estaciones de AM y FM), sólo 25.04 por ciento corresponde a permisos o concesiones sociales (437) otorgados a los poderes de la Unión, gobiernos de los estados, universidades y organizaciones sociales. Se trata de estaciones dispersas en el cuadrante y algunas de ellas de baja potencia, cuya función social no es competir con los modelos de la radio comercial.

El 74.95 por ciento mayoritario (1,308 frecuencias comerciales de AM y FM) está en manos de 23 grupos radiofónicos, cadenas regionales y radiodifusoras independientes, todas ellas con esquemas comerciales, lo cual evidencia falta de pluralidad en la industria de la radio. Si a las mil 308 concesiones comerciales sumamos las 257 frecuencias de uso comercial que se van a licitar, el porcentaje de frecuencias para el sector privado crece a 78.17 por ciento (1,565 frecuencias), en tanto que las frecuencias del sector público y social se reduce a 21.82 por ciento.

La homogeneidad informativa y de contenidos se recrudece aún más debido a la propiedad cruzada de medios: las empresas distribuyen sus contenidos a través de distintas plataformas, no sólo medios tradicionales como prensa, radio y televisión sino también Internet y redes sociales.

Por lo tanto, los ingresos publicitarios de los concesionarios no sólo se limitan a la radio sino que aprovechan otras plataformas que utilizan para distribuir sus mismos contenidos e información. En el actual entorno digital, la industria de la radio no debe pretender prolongar su modelo de negocio sino diversificarlo a través de otras plataformas de distribución que les generen ingresos adicionales, invertir en la calidad de los contenidos y transitar con mayor velocidad hacia la Radio Digital Terrestre. La entrada de nuevos competidores dinamizaría el mercado en ese sentido, generando más empleos y produciendo más contenidos.

La trayectoria histórica de inversión publicitaria en México muestra un crecimiento constante hasta 74 mil millones de pesos en 2015. La radio participa de 9.1 por ciento de ese total, equivalente a 6 mil 732 millones de pesos en 2015. Como se observa en la gráfica, la inversión publicitaria en radio ha sido constante a lo largo de los años, incluso con incrementos desde 2009.

Por lo tanto, no se aprecia una caída de la inversión publicitaria en radio (como sostiene la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión, CIRT, para señalar que ya no existe mercado para nuevos competidores) sino más bien un crecimiento acelerado de la publicidad en Internet. Por lo tanto, no se justifica la cerrazón a nuevos radiodifusores por una contracción inexistente del pastel publicitario, sino una oportunidad de migrar a nuevas plataformas.

Lo anterior es consistente con otros países. En Argentina y Brasil la radio atrae 4 por ciento del total de la inversión en medios, en Chile 6.6 por ciento pero en España 8 por ciento, Venezuela 9 por ciento (similar a México), en Perú 12 por ciento y en Colombia llega a 24 por ciento.

Bajo el amparo de la Constitución, el principal deber del IFT es salvaguardar los intereses de los ciudadanos y promover la competencia mediante una pluralidad suficiente de proveedores de radiodifusión. Lo anterior significa que el IFT debe privilegiar la entrada de nuevos competidores al mercado de la radio y no a los actuales grupos radiofónicos que ya cuentan con estaciones de radio en diversas plazas. De lo contrario, el regulador estaría reduciendo la pluralidad de medios e incrementando la concentración de frecuencias en pocas manos.

El diseño de la licitación no contempla criterios que ponderen una propuesta programática que incentive la producción de contenidos locales, regionales y producción independiente. La sola licitación de frecuencias podría generar competencia económica si entran nuevos radiodifusores, pero si la programación es similar a los esquemas actuales, difícilmente genera pluralidad y diversidad.

La pluralidad de medios contribuye a una sociedad más democrática, porque fomenta ciudadanos mejor informados. La población debe estar en posibilidades de acceder y consumir una amplia gama de puntos de vista a través de todos los medios. La concentración mediática, por el contrario, limita las ofertas de contenidos, de información, noticias y puntos de vista.

La concentración en radio o televisión y la propiedad cruzada multiplataforma reproduce y amplifica esquemas de programación (por ejemplo, contenidos populares de elevada audiencia pero bajo nivel cultural o informativo), genera demasiada influencia sobre la opinión pública, la agenda y los procesos políticos, sobre todo a nivel local pero también nacional. El IFT debe prevenir lo anterior con una licitación de frecuencias cuyo objetivo sea incrementar la pluralidad y generar estímulos para la entrada de nuevos competidoresen radio.

Hace más de 20 años que la autoridad no licita frecuencias para estaciones de radio. En el marco de la reforma constitucional en materia de telecomunicaciones y radiodifusión sería una contradicción que esta licitación (enmarcada en un entorno digital y de uso más eficiente del espectro) no genere competencia y no sume nuevas voces, puntos de vista y contenidos al cuadrante radiofónico, ampliando la pluralidad en un país que se caracteriza por su diversidad, pluriculturalismo y desigualdades sociales.