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Comunicado: Claridad En Información Y Fuentes, Necesaria Para La Sociedad

Amedi
diciembre04/ 2016

21 de diciembre de 2010

Claridad en información y fuentes, necesaria para la sociedad
Después del enfrentamiento Televisa – Proceso

El manejo de las fuentes informativas, la claridad en la información acerca de hechos relacionados con la delincuencia y la responsabilidad de los medios de comunicación con la sociedad a la cual se dirigen, constituyen asignaturas cuya discusión resulta más vigente que nunca. Como parte de la agenda de los medios y la sociedad para el año que está por comenzar, la AMEDI quiere subrayar la necesidad de emprender una abierta, honesta y autocrítica revisión de sus prácticas informativas y del manejo de sus fuentes por parte de los periodistas y las empresas de comunicación.

Hace algunas semanas, la empresa Televisa difundió acusaciones de un narcotraficante, protegido ahora como testigo de las autoridades judiciales, en contra de la revista Proceso. Ese mismo delincuente había sido considerado fuente confiable, por dicho semanario, para cuestionar al gobierno federal. Al día siguiente de la transmisión, comenzó un intenso debate en diferentes espacios públicos, que se caracterizó por cuestionar la actividad periodística de ambos medios de comunicación, sin considerar que lo que está en riesgo son los derechos fundamentales de libertad de expresión y derecho a la información.

La libertad de expresión es un derecho humano garantizado por nuestra Constitución. A los medios de comunicación también le es garantizado este derecho a través de otros ordenamientos jurídicos nacionales e internacionales. La difusión de las acusaciones del “testigo protegido”, tanto de Televisa como de Proceso, se hacen bajo el marco de libertades que el Estado debe garantizar.
México ha vivido, particularmente en los últimos años, un clima de violencia y crispación, que los medios de comunicación han reflejado de diferentes maneras, con base en sus agendas e intereses. La decisión sobre qué dar a conocer y la forma de hacerlo, distingue a unos medios de comunicación de otros.

Algunos medios apuestan al estruendo mucho más que por el contexto y la investigación. Entendemos la lógica de las rutinas periodísticas de encontrar el lado más novedoso, atractivo o extravagante para atraer a los lectores o a las audiencias. Pero en muchas ocasiones ese afán contribuye –no siempre intencionalmente- a fortalecer el ambiente de contrariedad, de incertidumbre o incluso hartazgo que priva en la sociedad.

La difusión de la notas en contra de la revista Proceso ocurrió bajo esa lógica, como si las deficiencias en la labor informativa fueran exclusivamente imputables a una publicación, cuando en realidad se trata de un problema que afecta a diversos medios de comunicación nacionales, regionales y locales. Los mismos medios de comunicación y periodistas también han sido víctimas del clima de violencia, de la intimidación y acoso por parte de la delincuencia organizada, lo que afecta la libertad de expresión y el derecho a la información, como se ha documentado ampliamente.

En lugar de contribuir al desarrollo de un periodismo más profesional, los noticieros de Televisa hicieron un uso faccioso de las declaraciones del maleante para golpear a Proceso. A nuestro parecer fue una represalia por las denuncias del semanario acerca de los abusos que suele cometer Televisa y una manera de desprestigiar a la empresa que dirige el periodista Julio Scherer por las inculpaciones al presidente Felipe Calderón.

   Proceso, por su parte,ha difundido numerosas denuncias sustentadas, precisamente, en presuntas declaraciones de testigos protegidos. Tan cuestionable es el ejercicio de un periodismo televisivo como el de un medio impreso cuando ambos, en ocasiones, anteponen sus intereses, sus fobias, sus cuestionables técnicas para atraer televidentes o lectores, por encima del interés general. El periodismo sin rigor y la falta de credibilidad hacia los medios de comunicación son las principales consecuencias de estas prácticas, cuando el país requiere de una prensa, una radio, una televisión y medios digitales fuertes, que contribuyan a la solidez de la democracia y generen un clima de comprensión e información, más que de confrontación y violencia.

Algunas de las prácticas evidenciadas en el caso Televisa-Proceso y en el clima de violencia e incertidumbre propagado por los medios, se deben a las políticas de comunicación del gobierno federal. Diversos medios de comunicación han sido instrumentos de filtraciones interesadas –entre ellas, las declaraciones de los “testigos protegidos”–, que lejos están de fortalecer el derecho a la información. El problema, en consecuencia, no sólo puede y debe ser atribuido a los medios de comunicación (en el caso que aludimos, a Proceso y Televisa) sino fundamentalmente a quienes desde las esferas gubernamentales proveen datos o documentos para utilizar la información como reemplazo de auténticas estrategias de seguridad pública, y también para denostar, atacar o cuestionar a determinados actores, incluidos algunos medios de comunicación incómodos.

Dicha estrategia gubernamental puso en riesgo la integridad física del reportero del semanario Proceso, Ricardo Ravelo, al haber filtrado a una televisora fragmentos de una declaración ministerial del testigo protegido, en esta deplorable circunstancia de agresiones y asesinatos contra comunicadores que se ha convertido ya en una de las más graves en todo el continente.

Tanto las falencias del ejercicio periodístico por parte de los medios como la estrategia gubernamental  deben revisarse de manera integral, pues lo que está en riesgo es el derecho de la sociedad a contar con información –piedra angular para el debate democrático–. La AMEDI exhorta a todos los actores involucrados a hacer una revisión de fondo de este panorama, más allá de filias y fobias mutuas, pues las prácticas mencionadas resultan altamente perniciosas para la sociedad toda, especialmente en el contexto de crispación y violencia que actualmente padecemos.

Asociación Mexicana de Derecho a la Información, A.C.
Martes 21 de diciembre de 2010