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Javier Corral: hacia un nuevo modelo de comunicación

Gabriel Sosa Plata
octubre11/ 2016

Sin Embargo

Javier Corral Jurado, el incansable político panista que tiene entre sus grandes objetivos la democratización de los medios de comunicación en México, tomó posesión como Gobernador de Chihuahua la semana pasada. Su más anhelado sueño, desde que era niño, se hizo realidad.

Para llegar a ese cargo, tuvo que luchar contracorriente. Un personaje como él, tan confrontado con los oligopolios mediáticos y los intereses creados alrededor de la corrupción política y empresarial, convenció a los chihuahuenses con una intensa campaña a pie de calle, con una constante interacción con el electorado, muy lejos de los sets de la televisión y las cabinas de radio. Y muy lejos, también, de medios impresos y digitales locales alineados editorialmente al gobierno de César Duarte.

Pese a la poca cobertura mediática de su campaña, Corral triunfó. Como lo hizo el actual Gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez “El Bronco”, quien también ganó las elecciones con la mayoría de los medios de la entidad e incluso nacionales en su contra.

Los triunfos de Corral y Rodríguez demostraron que no siempre el apoyo de la televisión y en general de los medios es indispensable para ganar elecciones. Es cierto, les ayudaron otros factores, como las acusaciones fundadas de corrupción de los gobernadores del PRI en Chihuahua y en Nuevo León, pero no todo fue miel sobre hojuelas. Con medios en contra, las aspiraciones políticas de cualquier personaje, incluso del más honesto, son difíciles de alcanzar. Además, las posibilidades para ganar se reducen con una sociedad poco informada o con una limitada cultura política.
Ahora, ya instalado en el poder, Javier Corral deberá ser congruente con sus batallas políticas, que muchos compartimos, en materia de medios de comunicación.

Por ejemplo, Corral tendrá que regular la publicidad oficial y transparentar sus mecanismos de asignación, a través de un Consejo Ciudadano. El gasto de publicidad oficial ya no deberá ser, en Chihuahua, un instrumento para premiar o castigar a los medios de comunicación, como ha sucedido históricamente, sino para garantizar los derechos de información y expresión.

En su toma de posesión anticipó, por lo pronto, que “no habrá convenios de publicidad” y “que en función de las necesidades del gobierno y de los chihuahuenses, se contratarán los espacios que se requieran”, a través de un nuevo marco jurídico que propondrá al Congreso estatal. Dijo que se racionalizará y transparentará el gasto publicitario y que jamás se subordinará a ese gasto “la línea editorial de algún medio, para comprar el halago, la complicidad o el encubrimiento”. También se acabará el dinero público de la entidad “para el culto a la personalidad del gobernador o la promoción personal de algún funcionario público”.

Como ayer escribió Alejandro Páez Varela en Sin Embargo, no será fácil romper con esos lazos de corrupción que significa el dinero público para periodistas. “No digo que se deje de dar publicidad a la prensa; digo, claramente, que se regule. No lo hicieron Vicente Fox Quesada y tampoco Felipe Calderón Hinojosa cuando tuvieron la oportunidad, y por supuesto que tampoco Peña Nieto”, precisó el periodista. Por ello, anticipó, Corral Jurado no tendrá una relación tersa con los medios y los periodistas de la entidad, como lo ha vivido “El Bronco” en Nuevo León, pero este distanciamiento a la larga será benéfico para la sociedad y su gobierno.

Al igual que “El Bronco”, Corral hará un uso intenso de las redes sociales. Es una de sus estrategias de transparencia. “Los ciudadanos que se interesen podrán seguir las actividades públicas del Gobernador en tiempo real, por medio de las 8 principales plataformas de las redes sociales, lo cual abre una página inédita del contacto de un gobierno estatal”, dijo el Gobernador. Afirmó que en estas mismas redes podrán interactuar con los diversos miembros del gobierno. Ya lo veremos. Una de las promesas incumplidas de infinidad de funcionarios públicos es la comunicación directa e interactiva con la ciudadanía, ya que se siguen concibiendo a las redes sociales como sistemas de información tradicionales y unidireccionales.

Javier Corral también tendrá que trabajar en un sistema de medios públicos, con visión democrática, al servicio de la sociedad y no del poder político. El reto es doble en Chihuahua porque allá, a diferencia de la mayoría de los estados del país, no hay estaciones de radio y televisión que dependan del gobierno estatal. El Gobernador tendrá la oportunidad de hacer realidad un nuevo modelo de comunicación, que dé voz a las minorías, a la población indígena, a las personas con discapacidad, a niñas y niños, a las personas adultas mayores, a los jóvenes, a la comunidad lésbico-gay, así como a impulsar espacios informativos en los que se ejerza la libertad de expresión y se conviertan en observadores críticos de la labor de los funcionarios públicos, especialmente del Gobernador.

Quizás el problema más importante para concretar este proyecto es que no hay recursos económicos, el estado está en bancarrota. Pese a esta situación, el pasado 7 de septiembre, al reunirse con la comunidad cultural del estado, Corral adelantó que ya trabaja en ello.

En cuanto al impulso a la producción independiente, la cultura y las artes, también hay mucho por hacer, en un estado con una enorme riqueza cultural, de jóvenes y artistas talentosos, que contribuyan a la integración de las familias y a la erradicación de una violencia que desde hace años se ha extendido en diversas ciudades de la entidad y, claro, en la frontera. Al respecto, Corral anunció que el Instituto Chihuahuense de Cultura se convertirá en Secretaría de Cultura, lo que demuestra que este rubro, el de la cultura, también será prioritario en su gobierno.
Pero lo que más espera la sociedad es que Corral sea un ejemplo de un político y de un gobierno incorruptibles. Sin corrupción, algunos problemas añejos, como la seguridad, tendrán un ataque frontal.

Hay mucha esperanza en el gobierno de Javier Corral. Quienes tenemos la fortuna de conocerlo personalmente, de haber convivido y trabajado con él en diversas ocasiones, confiamos en que hará un gran papel. El tiempo lo dirá. Ojalá no nos equivoquemos.